Me escape, y la escapada literal fue un exceso.
Como es lógico en la vida de quien tiene problemas de sobrepeso, me excedí. Puedo acusar a mis emociones confusas, a que intentaba no pensar en nada, a que las locuras de los días anteriores se continuaran, pero la verdad es que me escape de mí.
Tengo dos opciones, me enojo o empiezo de nuevo.
En el enojarme no gano NADA, más que angustias (sabemos a dónde lleva eso así que no es opción) ó hacerme cargo y encaminarme de nuevo.
Y la segunda opción es la que lleve a cabo.
En el camino a la oficina tome un cuaderno y escribí el registro que no hice en estos 12 días (el miércoles voy a la nutricionista y pidió que no me lo “olvide”). Antes de entrar al trabajo, compre yogures, barritas y lo necesario para no hacerme la tonta.
No quiero quejarme más y a veces me detengo tanto en eso. Tendría que pedir ayuda para manejar la sensación de impotencia que traslado a esta área de mi vida desde otras.
Lo peor es que el viernes tome acciones que me llenaron de orgullo en lo laboral, piedras sorteadas, cambio de paradigmas. Avance un casillero y retrocedí dos. Quisiera encontrar el "por qué" fuera del boicot que no quiero.
Estoy trabajando, lo veo y eso me tranquiliza. Aunque son días cargados de angustias recurrentes y emociones que no encuentran su lugar.
Pensando en volver al analista? Es una opción.
Necesito ayuda.
Tenes que seguir. No importa si te ciste, ahora a levantarse y seguir. vamos que estamos aca siguiendote y apoyandote!
ResponderEliminarQuise decir que no importa si te caiste!! a seguir che!
ResponderEliminarLo del analista me parece algo piola.
ResponderEliminarCon respecto a lo otro... pensá que es un cambio de hábito que tenemos que cambiar y que está arraigado desde muchas generaciones y nosotros lo estamos modificando. Es, como dicen en España, cambiar el chip.