Día 24 - Pasitos de bebé, pero pasitos!

Como se estableció en mi rutina quincenal, hoy fui a la nutricionista.

Fui les diría que casi sin expectativas. Sabía que el finde había sido difícil, que ciertas organizaciones me están costando, pero encare el tema con responsabilidad y compromiso.

Estuvimos revisando mi registro (me felicito por haberlo hecho) e hicimos algunos ajustes tomando debida nota de algunos consejos.

Llego el momento de la verdad. Me saque los zapatos y me subí a la balanza… 600grs menos!.

Por primera vez me sentí contenta aun bajando menos de 1kg (recordemos que fueron 15 días), puse en la “balanza”: lo ganado, lo invertido, el esfuerzo, lo aprendido, lo recapacitado y deje de lado la ansiedad: el enojo, la frustración y el saldo fue positivo.

“El cuerpo se está tomando revancha de lo que le hice estos años?” pregunte casi con nostalgia por la lentitud “No, está un poco cansado y vamos a darle su tiempo a que reaccione. Venís bien, seguí con esta constancia”

Sus palabras sonaron alentadoras y contenedoras.

Fue una semana de ansiedades en relación a los resultados en general en mi vida.

Cuando uno toma decisiones de las que sabe que son positivas para la vida, a veces la ansiedad se toma un papel protagónico queriendo que todo suceda ya. Y pensar que hubo un tiempo en el que no actuamos y ahora lo queremos hecho realidad.

En el trabajo, la pareja, la familia, el propio peso. Cada cosa tiene su tiempo, su momento y accionar la maquina requiere que le demos tiempo al engranaje.

Este engranaje cumple regularmente su Service, se retroalimenta, es cuestión de darle el tiempo que necesite para seguir con los resultados.

Ya no son 20 kilos, son 14,800… llamemos a las cosas por su nombre.

A esto llamo yo pelearla e ir por el buen camino!