Día 9 - Compartiendo

...Y una toma la decisión que cree será definitoria en su vida, y el entorno participa de ella.


Si bien no es que vayamos a depender de las opiniones de los otros, están ahí y no pasan inadvertidas.


Están aquellos que dulcemente nos tiran flores: “pero si estás sanita”, “ni se te notan los kilos de más”, “sos tan linda hagas lo que hagas”,…


Y aquellos cuyo apoyo, a veces duele: “te estaba por decir que hicieras algo” (como si nunca lo hubiera intentado), “mejor al próximo asado no te invito, para no tentarte”, “vas a tener que moverte”,…


La gente, sobre todo la que nunca tuvo problemas reales con su peso y todo lo que lo rodea, pocas veces se preocupa realmente por uno haciendo la simple pregunta desinteresada: “necesitas algo de mí?”. Uno que está cansado muchas veces de pelear, de evitar esas cosas que nos hacen mal, no sabe cómo hablar bien y responde sin que otro pregunte “No me jodas, es mi vida, mi cuerpo, mi problema, no te metas”.


Tomar la decisión de recuperar o encontrar nuestro peso, es mucho más que eso. Es la decisión de hacer cosas que tal vez, nunca hicimos: hacernos respetar, también por los otros.


Es una reeducación integral, de la alimentación, el humor, las emociones, el alma. Parte de ese proceso tiene que ver también con la relación con los otros.


Tenemos que practicar todos los días el no enojarnos y expresar nuestra alegría, por la meta cumplida; nuestro temor, por los momentos tensos y de impotencia; como los miedos, de sentir que no somos aceptados.


Ya dije que siento que el camino es difícil, pero que mejor que amigarnos con los otros para no hacerlo más cuesta arriba?.


Probemos con esto:
Necesito tu ayuda, dándome el espacio y respetando mi libertad de elegir. Solo con eso, me alivias el peso de esta carga.
Cuento con vos??