Es raro que estar en un programa contra la obesidad, de alguna manera emocione. Pero déjenme explicarles que pasa.
Comprar una revista con la dieta del momento puede ser una novedad y uno la encara diciendo “esta, esta es la ultima que hago, seguro que funciona, mira sino la cantidad de famosas que la hicieron”. BULLSHIT!
Una cae en una y mil dietas de esas, también algún médico famoso que llena sus arcas con la esperanza de una población cada vez más grande de gente que básicamente, se dejo de elegir o tal vez se elige, pero esta lucha, CUESTA.
Y como cuesta! En los lugares de trabajo la gente come sin parar, las reuniones con amigos se hacen comida mediante, las recompensas con más comida, los mimos con otro poco de comida. A veces se siente que cuando uno cuenta que se puso a dieta, mágicamente la comida se multiplica, al igual que las tentaciones.
Estar en un programa, contiene, acompaña, estimula. Somos muchos en una misma lucha y son muchos los que nos apuntalan en cada espacio necesario. Dejas de sentirte sola y nosotros sabemos que sentirnos solos, nos lleva a comer.
Hay equipo! Tengo los números de las especialistas que me van a acompañar. El trabajo duro es solo mío, pero saber que va a haber hinchada, no lo niego, estimula.
Levanto una vez más el tubo y marco el número de mis próximos escalones.
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